2013
Sunday
November
10

Pijao, Colombia, will be the first Cittaslow of South America?

Pijao

Este municipio está cerca de ingresar a la red mundial de ciudades sin prisa 'Cittaslow'.

Aunque suene a cliché, Pijao, un municipio de 6.600 habitantes ubicado en el occidente del departamento del Quindíó, en plena Cordillera Central, parece congelado en el tiempo.
La entrada al pueblo es un arco de columnas de ladrillo crudo con una estatua desportillada de la Virgen María. El reloj de la iglesia, una torre larga y con poca gracia, pintada de naranja pálido -el párroco dirá más tarde que parece una barra de jabón- se detuvo a las 7:25 minutos, algún día, hace muchos años.

En la plaza revolotean varias decenas de garzas blancas que llegan desde Canadá huyendo del invierno, los hombres matan el tiempo en cafés y cantinas con partidas de dominó, póker o billar; los niños juegan, los abuelos descansan. Por sus calles angostas la gente camina despacio, como contando los pasos; otros se asoman desprevenidos a los balcones de sus casas de madera, pintadas de azul, amarillo o verde, de las que cuelgan orquídeas, helechos y novios.

Aquí, como en la mayoría de pueblos, la gente vive sin afanes. Pero Pijao no es un pueblito común y corriente: está cerca de convertirse en la primera localidad de América Latina dentro de la red internacional de Cittaslow (ciudad lenta, en italiano) una organización mundial con sede en Italia que reúne a cerca de 150 ciudades que viven en comunión con la naturaleza, la cultura local y la comida sana, y que les brindan a sus pobladores una buena calidad de vida y, sobre todo, mucha tranquilidad.

La gestora de esta iniciativa se llama Mónica Flórez, una comunicadora e investigadora etnográfica que Nació en Pijao pero que se fue de allí durante 20 años, tiempo en el que trabajó como docente universitaria y reportera. También vivió en Estados Unidos e Israel. Y hace siete años decidió regresar, huyendo del ritmo desbocado de las ciudades y con el sueño de hacer algo bueno por su municipio, que aún no se recuperaba del terremoto de enero de 1999 y que estaba muy afectado por la crisis cafetera y por el conflicto armado. Una toma guerrillera ocurrida en el 2001 espantó a mucha gente.

Entonces, Mónica se preguntó qué hacer con un pueblo tan bello y rico en naturaleza, y se le ocurrió que una salida podría ser el turismo rural sustentable. "Tenemos montañas, tierra caliente y de páramo, osos de anteojos, cientos de pájaros, palmas de cera, aire puro, ríos y cascadas". Alguien le habló del movimiento Cittaslow y dijo: "eso es lo que necesitamos".
Viajó a Orvieto, en Italia, donde queda la sede de Cittaslow y dijo: "yo vivo en un pueblo colombiano que puede pertenecer a esta organización, ¿qué hay qué hacer?".

Volvió a Pijao y empezó a fomentar la idea con familiares, amigos y vecinos, con el alcalde de turno. Siguiendo las recomendaciones que le hicieron en Orvieto, emprendió un plan para embellecer las fachadas y otro sobre huertas orgánicas comunitarias con mujeres y niños, al igual que un programa de educación ambiental y gastronomía saludable con el apoyo del Sena y otras instituciones. Y así nació Pijao Cittaslow, en el 2006, fundación de la que ella es presidenta y que la llevó a ser concejal del municipio en el periodo anterior.

La propuesta ha estado en tres planes de desarrollo municipales, recibió en el 2012 el premio de 'Experiencia significativa' por parte de la Federación Colombiana de Municipios y también, el año pasado, estuvo a punto de llegar a feliz término. Pero el alcalde, Julián Vergara, un hombre convencido de este proyecto, murió de un infarto y los trámites quedaron parados. Tenía 66 años.

Sin pausa pero sin prisa

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